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Por Mario Guarda , 4 de diciembre de 2021La precarización laboral de los trabajadores de Aseo y Ornato
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El costo social de la subcontratación.
Todos los hemos visto, todos los necesitamos, son un conjunto de trabajadores y trabajadoras absolutamente indispensables en cada comuna, realizando tareas que van desde la mantención de áreas verdes a la recolección de basura domiciliaria, tan importantes son que cada vez que se detiene su actividad normal se genera caos, sobre todo en lo que respecta al retiro de basura.
Los trabajadores de aseo y ornato son un componente irreemplazable del buen funcionamiento de los espacios urbanos, incluso para una entidad como el municipio la empresa de Aseo y Ornato representa además una vitrina y elemento de evaluación ciudadana hacia el desempeño de la administración municipal.
Sin embargo, sus condiciones laborales a menudo parecen no estar a la altura de la importancia de este rubro; con largas jornadas laborales, sin acceso a servicios higiénicos, expuestos al frío, calor o lluvia, los recolectores son respetados por la ciudadanía, pero maltratados por un sistema que se niega a darles dignidad.
Durante esta semana se conoció, lógicamente desde un aviso de paro, que los trabajadores de aseo y ornato de la comuna de Futrono fueron desvinculados por término de contrato (proceso “normal” los fines de año), pero sin el respectivo pago de finiquito, situación que los deja sin la posibilidad de acceder a recursos extra en una fecha que tradicionalmente exige mayor gasto familiar, y a la vez que se instala un profundo sentimiento de desamparo por lo que se considera un derecho negado.
Son cerca de 60 trabajadores que, desde lo informado por la empresa, no tienen derecho a finiquito ya que no cumplen con 1 año de servicio, ya que los contratos de trabajo se firmaron por el período que inicia el 01 de enero del 2021 y termina el 31 de diciembre del 2021. Según la explicación entregada, legalmente les falta un día para completar el año, o sea, el contrato debió estipular el inicio el primero de enero del 2021 pero el término debería ser el 01 de enero del año 2022, lo que tampoco es plausible ya que la licitación municipal ganada por la empresa comprende “los meses de enero a diciembre año 2021”, como se puede leer en el decreto de adjudicación de la Licitación Pública ID 4697-28-LR20 “SERVICIO DE RECOLECCIÓN DE RESIDUOS SÓLIDOS DOMICILIARIOS, ASEO Y OTROS, AÑO 2021 COMUNA DE FUTRONO” de la Municipalidad de Futrono.
Al margen del origen de este conflicto, cuya gestión esta en pleno desarrollo, este tipo de situaciones suelen repetirse no solo en Futrono sino en muchas comunas, lo que evidencia la situación de precarización laboral de los trabajadores de aseo y ornato, que se originan en las debilidades del sistema bajo el que laboran: la subcontratación.
EL TRIÁNGULO DE LA SUBCONTRATACIÓN
Esta modalidad de trabajo surgió después que en los años 80 en Chile ocurrieran profundas transformaciones económicas que alteraron el mercado del trabajo, reduciendo el empleo público y disminuyendo los beneficios de los trabajadores. Esta situación se mantuvo durante los gobiernos de la Concertación, aunque con ciertos avances en reformas al Código del Trabajo.
Lo que ocurre es que se da una realidad distinta a la clásica relación entre empleador y trabajador, sino que se establece un triángulo; la municipalidad que externaliza el servicio de aseo y ornato a través de una licitación; la empresa que gana la licitación y asume la ejecución del servicio; y los trabajadores, quienes en la práctica cumplen funciones para ambos, municipalidad y empresa.
Ya el año 2015, un reportaje de Ciper señalaba que “el sistema de licitaciones y subcontratación de la recolección de residuos generó un negocio que se ha basado en la pauperización de sus trabajadores”. En ese contexto los salarios deben ser complementados con fondos públicos, o sea el Estado ha tenido que asumir responsabilidades que aparentemente no cubren los procesos de licitación.
Por otra parte, la incertidumbre que deben sobrellevar los trabajadores en cuanto a si se respetarán sus derechos o no, el temor a la cesantía, y habitualmente sin acceso a la sindicalización, son recordatorios permanentes de la inestabilidad a la que están sometidos.
Así las cosas, queda más que claro que la subcontratación en general, y en el caso de los trabajadores de aseo y ornato en particular, hace pagar un costo social importante.
Claudio Contreras, ex presidente de la CUT en la provincia de Valdivia y actualmente dirigente sindical, es claro en señalar que “nadie puede decir que un trabajador subcontratado no esta en condiciones de precariedad, claro que lo está, y la inestabilidad, no es lo mismo que el trabajador con contrato indefinido en una empresa”, hay una situación de indefensión que es propia del sistema de subcontratación, además apunta a que en la práctica se trata de “trabajadores de segunda o tercera clase”.
Por otra parte, hay ciertas luces que es necesario rescatar. Es importante recalcar que la ley establece que las municipalidades, como mandante de las empresas, son solidariamente o subsidiariamente responsables en el cumplimiento de las obligaciones laborales y previsionales, de acuerdo a lo que dispone la ley N°20.123, también conocida como ley de subcontratación.
El dirigente sindical explica que la ley de subcontratación “es clarísima, no deja ninguna duda, sí corresponde que paguen ellos (las municipalidades) en caso de que el contratista evada la posibilidad de pagar. Antes que existiera esta ley nadie respondía, el contratista se arrancaba y nadie respondía”.
Al respecto hay un caso vigente en la comuna de Valdivia, donde los trabajadores demandaron al empleador por vulneración de derechos laborales, pero éste no se hizo cargo por tanto es el municipio el que debe pagar una indemnización por años de servicio que supera los 2 mil millones de pesos.
Finalmente, considerar que estos problemas continuarán si no hay voluntad política para abordarlos, la legislación debe mostrar mayor empatía con estos trabajadores y trabajadoras, en especial con quienes retiran la basura, que día a día exponen su salud en beneficio de todos nosotros. Solo recordar que durante lo peor de la pandemia asumieron mayores riesgos que la mayoría, y siguen laborando aún en períodos de incertidumbre.
